EL WHATSAPP ES LA MEJOR APLICACION DEL MUNDO
Es una
forma práctica, inmediata, eficaz y muy útil de estar informados en todo
momento sobre todo lo que acontece en la vida escolar de los hijos más
pequeños. Los grupos de padres en WhatsApp proliferan y se forman especialmente
en el ámbito escolar: los padres cuyos hijos van juntos a la misma clase, los
que comparten extraescolares, los que forman parte del equipo de fútbol del
cole... Así no se pasa nada, se conoce y se comparte toda la información: desde las fechas de exámenes, el
menú del comedor, el material que llevar a clase, los eventos especiales,
deberes diarios... hasta las
pifias, travesuras y chascarrillos de los pequeños en su día a día en la
escuela. «Se trata de un foro de consulta e incluso de un espacio donde tomar
decisiones conjuntas», como explica Jesús Jarque, pedagogo y orientador en un
colegio público de Infantil y Primaria en Ciudad Real (es director, además, de
la web FAMILIA Y COLE.
Estos
grupos se suelen formar cuando los niños empiezan el colegio, a los tres años,
y perduran durante la etapa de Infantil y Primaria, pero pierden su identidad
en la ESO. Cuentan con el beneplácito
de los profesores, dice
Jarque. Los docentes lo ven con buenos ojos, «es una manera eficaz de que la
información llegue a todos los padres y ninguna familia quede descolgada»,
indica el pedagogo.
Cuando
se convierten en fuente de cotilleos
Pero
esta práctica también entraña riesgos. «El problema surge cuando además de
compartir información, los grupos de WhatsApp comienzan a ser un foro de
opinión, protesta o
rumorología, crítica, enfado
y hasta de insultos, en lo que se refiere a los profesores o al colegio y la
opinión de una o dos familias pasa a ser considerada la opinión de toda la
clase o de todo el colegio», afirma el orientador.
En
estos grupos los ánimos se pueden acalorar y llegar a desvirtuar la realidad,
es cuando los cotilleos y los
chismes son protagonistas de
los mensajes. «La expresión "el
grupo de WhatsApp está que arde" que
a veces llega a los profesores es señal de alarma de que algo está sucediendo»,
advierte Jarque. El verdadero peligro, según este pedagogo, es «agrandar los
problemas, porque lo único que genera es un malestar creciente, que al ser
desconocido por el colegio y los implicados, no se puede abordar, desmentir o
contra argumentar».
Últimamente están apareciendo numerosas noticias que nos alertan sobre el
mal uso que se está dando a los famosos “grupos de Whastapp de las
madres y los padres de clase”.
Considero que este es un problema que la
tecnología está amplificando pero en esencia estamos hablando de algo que viene
de lejos y es necesario abordar: hay una brecha entre familia y escuela que
motiva que las diferencias entre ambas instituciones no se aborden en los
espacios y tiempo que corresponden y esto tiene unas consecuencias.
Hemos pasado de los corrillos a las
puertas del cole a los corrillos en los grupos de Whatsapp con
todo lo que esto supone. Seguimos haciendo un uso de un “doble lenguaje”:
delante del profesor digo una cosa pero luego en el Whastapp…
5 malos
usos que damos al Whatsapp del grupo de padres del colegio.
Whatsapp es una herramienta fantástica que
nos permite estar en contacto con las madres y los padres de
los niños de la clase de nuestros hijos, algo que es una ventaja y
de mucha utilidad para intercambiar información sobre reuniones, cumpleaños,
trabajos en grupo, noticias del cole, etc. pero de este uso hemos pasado a
otros que están generando problemas. Veamos los más destacados:
1. Agendas.
Hemos pasado a querer “controlar” absolutamente todo: tareas, deberes,
respuestas de ejercicios, etc. Tal es así que son habituales los mensajes: “Mi hijo no tiene la agenda y no sabe qué
ejercicios hay que hacer”. De hecho ya hay algún centro educativo que ha tenido
que elaborar una circular en la que se apela a la responsabilidad de todos los padres en
el uso de esta sistema de mensajería destacando que esto ayudará a sus hijos “aprender
a ser más responsables y escuchar al profesor… en definitiva, a ser autónomos y
a solucionar los problemas ellos mismos”.
No debemos anticiparnos a todo y como padres hemos de trabajar
para favorecer la autonomía de nuestros hijos. Les servirá de mucha
ayuda para la vida: eduquemos en la responsabilidad para que aprendan a asumir
sus propias responsabilidades, que no quede solo en la teoría.
2. Críticas.
Nos encontramos también con casos más preocupantes de madres y padres que
se dedican a realizar una crítica (generalmente destructiva) sobre la labor del
profesor: “pone
excesivos deberes”, “no me gusta cómo trabaja con los niños”, “les pone pocas
tareas para vacaciones con el tiempo que tienen”, etc. Lo que sea con tal de cuestionar
la labor del docente. Pero no siempre es culpa de los padres proceder
de este modo sino que se favorece desde algunos centros ya que los mismos
mantienen sus puertas cerradas a todo lo que venga del exterior y las familias se
encuentran con que no saben lo que ocurre allí ni se les deja participar. Es
momento de derribar los muros y empezar a trabajar y educar e
equipo.
Pero estas críticas vertidas en el grupo no solo van dirigidas a los profesores sino
también hacia otros padres y madres produciéndose
enfrentamientos también entre ellos. Peor que los niños…
3. Sembrar dudas.
También existen madres y padres que se dedican a difundir
rumores sobre el profesor creando confusión y malos entendidos: “a mí me han dicho…”, “me han contado
que…”, “he oído que…”. Estos rumores se alimentan de la credibilidad que le da el resto del
grupo. Hay quien busca ser escuchado y se inventa cualquier cosa para
conseguirlo, no tiene vida propia y por eso vive de la historia de los demás.
4. Solucionar problemas.
Nos encontramos con padres y madres que pretenden solucionar
sus problemas y diferencias con el profesor en el grupo: “a mi hijo no le hace caso”, “a mi hijo no
le atiende”, etc. Esto crea mayor confusión e intoxica el ambiente del grupo. Si
realmente considera que esto es así lo que debe hacer es ir directamente a
hablarlo con el profesor en el centro.
5. Subgrupos o grupos alternativos.
Algo que está ocurriendo es la creación de varios subgrupos o grupos
alternativos dentro del mismo grupo en función de las afinidades o
distanciamientos entre algunos padres miembros del grupo. Esto
les permite compartir algunas cosas sin que el resto se enteren.
Como puedes comprobar, el problema no
está en la herramienta sino en el mal uso que estamos dando a la misma y ahí es
donde debemos empezar a trabajar desde ya mismo con las familias.
¿Cómo no queremos encontrarnos después con problemas y líos de Whatsapp con
los alumnos si son un reflejo de lo que hacen sus mayores?
Nos quejamos del mal uso que hacen nuestros hijos del whatsapp:
que si cotillean, si juzgan e inventan cosas, si critican… pero, ¿cómo lo
utilizamos nosotros? Reflexiona con estos 7 puntos sobre cómo lo hacemos.
¡Siempre estás a tiempo de cambiar!
7 consejos para su
buen uso
- Finalidad: Intenta solo utilizar el grupo de Whatsapp de
la clase para intercambiar información útil sobre tu hijo y el grupo-clase. Si no
tienes nada positivo, útil e interesante que aportar mejor no escribas
nada.
- Cometido: No te conviertas en la agenda de tu hijo: deja
que aprenda a asumir sus propias responsabilidades. El cometido de este
grupo es intercambiar información no organizar el tiempo libre de tu hijo.
- Rehuye ciertos
comentarios. Este grupo no es para
criticar al profesorado, ni el lugar para cuestionar su labor.
Muérdete la lengua y no
escribas frases como “pone excesivos
deberes”, “no me gusta cómo trabaja con los niños”, “les pone pocas tareas
para vacaciones con el tiempo que tienen”, etc… Es mejor decírselo al
propio profesor. Y os recomendamos que ante el mal uso de alguno de los
miembros del grupo no dejes pasar la ocasión y muestra
tu desagrado ante la actitud.
- No difundas rumores. Evita comentar los rumores que se compartan en
el grupo e intenta erradicarlos. No difundas rumores sobre el profesor
creando confusión y malos entendidos. Abandona frases como “a mí me han
dicho…”, “me han contado que…”, “he oído que…”.
- Si tus intentos de eliminar
estas actitudes del grupo son fallidos, siempre tienes la
opción de abandonar el grupo y dejar de formar parte del mismo. Aunque
algunos no lo entenderán a veces es la mejor opción.
- No compartas en el grupo contenidos que atenten
contra la privacidad
de nadie ni sea ofensivo hacia
otros (padres, profesores, etc.)
- Problemas con el
profesorado. Si tienes algún
problema que resolver con el profesor, no lo hagas a través del grupo.
Olvídate de frases del tipo “a mi hijo no le hace caso”, “a mi hijo
no le atiende”... ve directamente al centro a hablar con él cara a cara.
De esta forma le darás la opción de poder ofrecerte sus argumentos sobre
lo sucedido.
Estos grupos son una oportunidad, no la desaprovechemos, para promover un
acercamiento entre la familia y el colegio. La finalidad no es otra que establecer una sólida
alianza educativa por el bien de nuestros hijos y alumnos.
Por tanto, hagamos un buen uso de esta
herramienta y convirtamos estos grupos en una oportunidad para promover un
acercamiento entre familia y escuela con el fin de conseguir
establecer una auténtica alianza educativa por el bien de nuestros hijos
y alumnos.